viernes, 31 de octubre de 2008

Espacio



Un espacio vacío es un espacio lleno
de posibilidades un lugar donde poder
escribir te has ido o es de noche
o nunca me abandona tu recuerdo
Un espacio vacío es un lugar
donde escribir donde pintar donde poner
las fotos del último viaje
donde dejar un beso
donde soltar dolor y rabia
también alguna risa y un deseo
Un espacio vacío es eso
y mucho más que eso.

jueves, 30 de octubre de 2008

Noche 1



En aparente calma la noche se derrama por las calles
por las alcantarillas huecas por los ríos
por las praderas llanas y las montañas rotas
por el mar
por tus ojos tus senos y tu espalda
de pronto te ensombrece me miras a la cara
y veo en ti el certero presagio de la magia.

Mejor no saberlo



Despertó con una sensación extraña en la boca. Goma: un tubo. Seguro que había puesto un gesto de asco, pero nadie lo miraba para confirmarlo. La enfermera entró. Ya encajaban las piezas: estaba en un hospital. Se sentía aturdido y no recordaba nada, era como si acabase de nacer, no de despertar. Le dijeron que había sufrido un accidente, que probablemente tendría amnesia.

Tardó dos meses en recuperarse, físicamente. Durante ese tiempo su única pregunta a los sanitarios no era si recuperaría su total movilidad. Era si recuperaría la memoria.

—Puede que empiece a recordar cosas pronto. Una vez que eso se produzca, cada vez tendrá más recuerdos —era siempre la respuesta a sus preguntas—.

Pero él no se conformaba. Insistía, quería ser dueño de nuevo de su vida, dueño de sus recuerdos, saber realmente quién era y por qué había ido a parar allí.

Lo que nunca le dijeron es que la amnesia formaba parte de la terapia. Si algún día recuperara la memoria, si por un instante pudiera visualizar lo que en realidad ocurrió antes de su ingreso en el hospital, entonces es cuando las cosas empezarían a ir realmente mal.

martes, 28 de octubre de 2008

Revivir

::

Ya pude distinguir lo bueno de lo malo
la razón de la lógica irreal
la tempestad del viento
hoy salgo a flote
agarrándome de nuevo
a esa ansia de encontrar algo esta vez
que me libere para siempre
de tu amargo y nostálgico recuerdo.

viernes, 24 de octubre de 2008

Retrato 1



Vuelta a empezar que no todo es
lo que de tu mano se nos daba
como la única verdad
como si la vida no tuviera otro destino
que el de seguir por siempre siendo mártires
de tu feroz codicia
capitalismo
parece que hayas muerto?
(así te lo deseo).

Luz fría



Siguen los días de no tener más cielo entre las rejas
de no sufrir ya el sol de tu mirada falsa
y tus estrellas huecas
inquieta sensación de paradigmas rotos y perdiciones ciegas
el ímpetu
tu brillo
el brillo de lo irreal y de lo absurdo
que habita en ti y que me hace estremecer de pálpito y de miedo
sintiendo
que me di cuenta tarde de que eres hielo.

Imagen: flickr

miércoles, 15 de octubre de 2008

Diez tuits después...



Cigüeña implicada en el secuestro de un bebé.


Atila no era malo. Era un incomprendido.


Un grajo y un badajo se conocieron tras ser presentados en una rima.


Todos tenían la cabeza ladeada en aquella casa, por culpa de un cuadro mal colgado.


Anestesiaron al 5 para extraerle la raíz. Aún así, fue una operación complicada.


Por la noche no encendía la luz. Echaba las cortinas para no dejar pasar la oscuridad.


La circunferencia denunció por acoso a la tangente. La juez fue secante: orden de alejamiento


Okupa aburguesado pone placa con su nombre en la puerta.


Hombre virtual comete los siete pecados digitales.


La estatua se cansó de posar.

martes, 14 de octubre de 2008

Manipulados

Hoy estuve en los estudios desde los que la cadena oficial de televisión Unitele nos ofrece cada día las noticias.
Era una visita guiada y solo podíamos movernos siguiendo al guía. Todos parecían muy preocupados de que no nos saliéramos de la ruta en ningún momento.
En un instante en que nadie parecía mirarme, atravesé una puerta que había llamado mi atención durante todo el tiempo.
Aquél era un lugar lleno de papeles y grabaciones, con poca luz y guardado como un secreto. Era el lugar donde se manipulan las noticias.
Tal como esperaba, pude comprobar que la mayoría de las cosas que nos habían contado en los informativos de los últimos meses, eran absolutamente falsas.

Dualidad



Comprometióse un sueño con la vigilia para engañarme ambos
cuando creía que despierto dormido estaba
cuando dormía soñaba que despertaba.

Olvido



Asimilé tu fe idolatré a tu dios
para poderte amar en un instante eterno
te vi marchar y blasfemé
contra la noche inmensa
hasta que ya no tuve fuerzas y caí
rodeado por ángeles y perros
amaneció y sentí tu voz en mi recuerdo
aún sigo perseguido
por las sombras de tu mortal olvido.

Gárgolas



Feroces animales asoman
a las cornisas talladas por el viento
de su interior un grito congelado
silenciado por siglos de recuerdos
como un museo cerrado
lleno de cuadros muertos.

Perfume



Puedo sentir que estás detrás de mi
sin verte puedo oír
como el aire se detiene a cada paso
para oler tu perfume y aprender a crearlo
y aún puedo recordar aquél momento
en el que fuimos luz y fuimos viento y fuimos agua
aquel momento que ya no es y no será
y hoy toma forma de un anhelo incierto

lunes, 13 de octubre de 2008

Levedad



Flujos de sol corrientes sumergidas
despiertan sin pensar el mar adentro
adoro las doradas energías
que asumen sin pararse en otra cosa
solvento recelos con la discriminada
razón que no convierte en más cordura
lo que de penetrar raíz hubiese sido.

Imagen flickr

Huida



Archipiélagos de nubes, socorrida esperanza
de un mar tan infinito como huérfano
de toda gratitud bien entendida solos tú y yo
en este encuentro tamizado de luces que se apagan
que ya no vuelven más que nos relegan
al fondo de un océano agrio y puro.

Imagen flickr

Rubor

::

No es el rubor tampoco son las olas que nos acompañan
es la muestra de luz la verdadera razón del pensamiento
que vivo y no conduce a ningún lado
es un vacío fugaz y duradero sentirme atado a algo
que no me corresponde.

Imagen flickr

Sueño



Dormido como un cansado viajero
que acaba de llegar
a la posada de otro tiempo
así siento que estoy pero no es nada
que no pueda solucionar con un buen sueño
y mientras tanto escribo
por el onírico placer
de ser el dueño de la palabra
bien sonada y fría
destrozada y yelma.

Juego

::

Juego de amor nostalgia somnolienta
oscuro umbral que por tu voz pasea
sombra y no luz devoto pensamiento
rigor de cada hombre que yo he sido
hoy vuelvo a ti vuelvo a sentir
tu cálido regreso.

Imagen flickr

Resueno



Me niego a rimar pero si anhelo
la confluencia hermosa de sonidos
huecos y de ideas dispersas
amalgamadas
por la luz del verbo.

Inquietud



Vuelvo la vista atrás
y palidezco por todos los fantasmas que acompaño
persigo liberar el yugo
puesto en tan claro lugar que sobrevive
tejiendo sombras de un certero olvido
testamento vital de mi pasado.

Efervescencia



Burbuja de soledad inquieta
ridícula virtud malhumorada
resignación
respiración
recuerdo
anhelo
malévolo regreso.

Duelo



Encarnizada lucha de gigantes fieros
reto letal titánico y valiente
la vida y su disputa despiadada
contra el férreo enemigo que es la muerte.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Culpable



Mi madre murió al nacer yo. Eso marcó mi vida para siempre: nací siendo culpable.

Desde muy pequeño siempre tuve que escuchar la misma canción. Ha sido Juan, él lo rompió, él lo ha estropeado, era todo lo que pude oír durante mi vida infantil. Mi padre me odiaba, nunca lo decía pero estoy seguro de ello. Él no se daba cuenta de que yo no había matado a mi madre. Fue un accidente, y seguro que a mi me era tan necesaria como a él. Todos perdimos con aquella muerte.

De adolescente las cosas no fueron mejor. En lo estudios nunca fui bueno, aunque me esforzaba. Pero el hecho de que todos en clase me echaran la culpa de cualquier incidente, ponía a los profesores en mi contra. No valoraban mi trabajo. Me puntuaban en función de las acusaciones de los demás. Que alguien se reía en clase... "ha sido Juan", que alguien lanzaba una tiza a la profesora mientras estaba de vuelta en la pizarra... que alguien emitía un sonoro eructo... todos los dedos apuntaban hacia mi.

Terminé los estudios porque ya tenía edad para dejar el instituto. Pero en realidad no había acabado nada. Todo se conjuró para que fuera de esa manera. Todos se conjuraron para que nunca me graduara. Así que me tocaba trabajar. Pensar que podía ganar algo de dinero e independizarme parecía prometer un gran cambio en mi vida. No fue así.

Mi primer empleo fue como panadero. Me enseñaron a meter el pan en un horno eléctrico y programar el tiempo de cocción. Solo eso tenía que hacer, pero por alguna razón, un día el programador del horno se atascó y el horno siguió encendido. No me di cuenta, el pan se quemó y se produjo un pequeño incendio. Me despidieron.

Después todo iba saliendo igual. Fui mensajero, un tipo se cruzó en mi camino y provocó un accidente, aunque más tade la policía me señalara como culpable y perdiera mi licencia de ciclomotor y mi empleo. Lo intenté de camarero, pero un cliente golpeó con el codo la bandeja que llevaba, derramándola sobre unas señoras muy bien vestidas. También trabajé como mozo de almacén en una farmacia. Desaparecieron algunos medicamentos y todo apuntaba hacia mi...

Tres años después de terminar el instituto, cuando ya nadie me contrataba y mi padre no me quería en su casa, tramé algo que me liberaría de aquél sentido de culpabilidad que tuve desde el mismo instante que vi la luz. Compré un arma, un arma automática capaz de realizar quince disparos en poco menos de veinte segundos. Durante un tiempo estuve internándome en el bosque y ensayando lo que sería mi venganza. Unas sandías robadas en un huerto cercano, hacían de cabezas. Al principio me resultó desagradable, pero pronto descubrí el placer que me daba ver esos guiñapos rojos que explotaban en chorros de líquido.

La única duda que me asaltaba era si volver al restaurante de las señoras bien vestidas, a la tahona incendiada o al instituto. Me decidí por lo último. Ya no estarían los alumnos ni quizá algunos profesores que conocí, pero esa cuestión carecía de importancia.

...........

Me enteré de que había matado a ocho personas y herido a otras diez. La policía me detuvo allí mismo. No fui capaz de huir, me quedé sin apenas esconderme, aterrorizado, en el salón de actos, donde habían caído mis últimas víctimas.

Ahora sé que no hice bien. Lo sabía incluso antes. Pero si siento que me liberé, tomé venganza contra un mundo que me lo había negado todo desde que llegué a él. Y por fin, por una vez en mi vida, durante los 417 días que duró el proceso hasta que el tribunal me declaró culpable, he sido presuntamente inocente.

viernes, 3 de octubre de 2008

La pirámide



Me habían dicho que construyendo una pirámide de medidas geométricamente perfectas, con la base practicable, podría mantener las cuchillas de afeitar siempre bien afiladas, con solo meterlas en su interior.
Probé por pura curiosidad. Y por qué no decirlo, por economía. Mi barba cerrada me obligaba a afeitarme dos veces al día. Poder ahorrar en cuchillas no sería un mal negocio.
Compré cartulina, seguí detalladamente el desarrollo de aquella geometría tomando el libro de matemáticas de mi hijo pequeño. En pocas horas, ahí estaba mi flamante pirámide. La observaba con orgullo, pues todo había encajado a la perfección. Mi mayor preocupación fue que la rematara un pico agudo, y puedo asegurar que el remate que logré era absolutamente punzante.
Me afeité, dos veces, como cada día. Normalmente en dos días debería desechar la cuchilla. Pero ya duraba una semana completa, dos semanas... un mes.
Pronto en mi casa empezaron a sucederse algunos acontecimientos. Mi hijo enfermó. Mi mujer cambió su carácter y nos separamos. Perdí el empleo.
Aquella geometría de cartón no solo había afilado las cuchillas. Había atraído a mi hogar la mítica maldición.

Fiebre



Esos hombres, que yo veía como médicos, habían venido ya en varias ocasiones. Con sus ropas gruesas para protegerse del frío, botas, gorros de piel, y aquellos maletines de los que siempre se acompañaban. De ellos extraían toda clase de instrumental, que conectaban a mi cuerpo. Sondas, termómetros, ... Me llenaban de cables y no apartaban la vista de aquellos monitores.

--La temperatura sigue aumentando --pude oír que decían.

Realmente me notaba enferma. Ya llevaba tiempo sintiendo esos sudores, que caían en sucesiones de gotas rápidas por todo mi ser. A veces sufría escalofríos, y lo peor de todo: esas crepitaciones en mi interior. Algo estaba yendo muy mal.

Los hombres se marcharon, pero acordaron volver pronto. La soledad y extraños pensamientos me acompañaron el resto del día. La noche la pasé mejor, me sentía fresca y parecía que había bajado la fiebre.

Fue a la mañana siguiente cuando se sucedieron los acontecimientos. El sol salió, lucía con más brillo y fuerza que los días anteriores. Mi cuerpo empezó a sudar, esta vez a chorros. Y aquellas crepitaciones, se escucharon como un estruendoso espasmo cuando me precipité al mar, rota en mil pedazos..

Floté convertida en trozos de hielo. El agua me pareció un cálido y mortal abrazo.

jueves, 2 de octubre de 2008

El semáforo


:
El semáforo estaba en ámbar. Tuvo que tomar una decisión en décimas de segundo. Frenó bruscamente. El exceso de freno delantero provocó que la motocicleta derrapara. Las ruedas chillaron y sintió que las miradas de los transeúntes se clavaban en ellos. Pero había acertado en su decisión. El coche también se había detenido.
El semáforo estaba en rojo. Podía observar al conductor del vehículo parado a su lado. Un hombre moreno, con el cabello engominado y amplio bigote. Incluso pareció que sonreía al mirar a través de la ventanilla. Reflejaba seguridad y destellos dorados.
Lo conocía bien, conocía a su familia, a sus hijos, su vivienda y su camino al trabajo. Había estudiado aquella foto y aquellos apuntes durante semanas.
Lo único que le sorprendió era su corpulencia, pero no había duda, era él. Durante unos segundos se miraron fijamente. Lo que en principio fue un encuentro aparentemente fortuito de miradas, en aquél hombre se convirtió en el semblante del pánico. Se había dado cuenta, pero ya era tarde.
El semáforo cambió a verde. Se oyeron dos disparos y huyeron a toda velocidad. El trabajo estaba hecho.