jueves, 13 de agosto de 2009

Espera, que te lo cuento...




El psiquiatra matemático atiende a sus pacientes irracionales. En la mayoría de los casos, el tratamiento consiste en elevarse al cuadrado.

S
iento que he dejado de ser yo, que sólo soy un recuerdo en la mente de alguien que no consigo identificar.

P
ara protegerlo contra los golpes, el mejor sitio donde guardar un reloj de arena es en el bolsillo de una muñeca de trapo.

El Director de la Coral escribió un libro, de canto. Durante la representación, los intérpretes tenían que leerlo, de perfil.

Recibo un mensaje en una botella: "Hipoclorito sódico. No ingerir".

Aquel día encontró un enorme y sorprendente tesoro: el lugar donde estaban las ilusiones perdidas.

4 comentarios:

Esteban Dublín dijo...

Javi, este lugar me ha encantado. Sobre todo, los cuentos de una línea. Con tu permiso, te voy a incluir en mis enlaces.

Javier López dijo...

Muchísimas gracias Esteban. Me alegra que hayas disfrutado el sitio, tengo muchos otros blogs pero éste es mi verdadero rincón, donde hago lo que más me gusta.
Encantado de estar en tus enlaces.

Anónimo dijo...

Muy original la serie de microrrelatos con la palabra 'espera' de cabecera. Me costó un pelín entender el de la coral, creo que estoy un poco espesa hoy... XD

Otramaría dijo...

Quien piense que son un tesoro mis ilusiones perdidas, se llevará una desilución.

Las ilusiones que mencionas, sin embargo, han de estar limpias de desencanto, y seguramente se encuentran en el lado oscuro de la luna.

Un beso grande.