Poco a poco, el planeta se ha ido cubriendo de una espesa nube negra que impide el paso de la luz del sol. Dos siglos quemando combustibles fósiles ya han hecho su efecto: vivimos sumidos en una terrible y fría oscuridad.
Como una fatídica ironía las compañías eléctricas, causantes en gran medida del desastre, son las únicas beneficiadas. Veinticuatro horas al día, siete días a la semana, vivimos con la calefacción al máximo y todas las luces de la ciudad encendidas.
Naturalmente, aprovechan para subir los precios.
Como una fatídica ironía las compañías eléctricas, causantes en gran medida del desastre, son las únicas beneficiadas. Veinticuatro horas al día, siete días a la semana, vivimos con la calefacción al máximo y todas las luces de la ciudad encendidas.
Naturalmente, aprovechan para subir los precios.
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