Alas

Aprendieron de las aves que visitaban el árbol.
Aquél día, cuando las hojas cayeron, volaron como pájaros.

Otra oportunidad

-Volvamos a intentarlo -pidió a su pareja.
Ella lo miró, escéptica. Pese a todo, intentó de nuevo ayudarlo a subir aquel piano por las escaleras.

Reflejo

El eco sonaba invertido, reflejado en los espejos del fondo de la habitación.

Naufragio I

Me hundo en mi almohada.

Condenados

No acabé de leer el libro. Para los personajes, fue una muerte prematura.

Angelical

Los ángeles lucían alas nuevas. Aún podían observarse los pliegues de haber estado envueltas.

Cartas

Afortunadamente, el rey de espadas y la reina de corazones, juegan en diferentes barajas.

Desconocido

Nunca reveló su identidad. Cuando murió, pudieron comprobar que no era nadie.

Resurrección

El niño se sintió Dios cuando insufló vida al conejito, poniéndole pilas nuevas.

Inalcanzable

Nunca alcanzó su meta, porque la había dejado atrás sin saberlo.

Magia

La industria química hizo desaparecer el bosque.

Insaciable

Nadie leyó tantos libros en aquella papelería como la vieja fotocopiadora.

Sin ramas

Tras la poda, los árboles se sentían ruborizados unos delante de otros, desnudos.

Troyano

Annand juega la partida decisiva contra la computadora. Controlada por un virus, el hacker le da mate.

La nube

Poco a poco, el planeta se ha ido cubriendo de una espesa nube negra que impide el paso de la luz del sol. Dos siglos quemando combustibles fósiles ya han hecho su efecto: vivimos sumidos en una terrible y fría oscuridad.

Como una fatídica ironía las compañías eléctricas, causantes en gran medida del desastre, son las únicas beneficiadas. Veinticuatro horas al día, siete días a la semana, vivimos con la calefacción al máximo y todas las luces de la ciudad encendidas.

Naturalmente, aprovechan para subir los precios.

Tras el accidente

Mi hermano gemelo cree que es él quien sobrevivió...

Contra la física

Afortunadamente, los polos opuestos de nuestro planeta no se atraen.

Tempestades

Sueño con olas. Restos de un navío amanecen bajo mi cama.

¿Eventual?

Para ser una llave de paso, llevaba toda la vida en casa.