viernes, 21 de noviembre de 2008

Vacíos



Discutieron y regresaba a casa sin dejarse acompañar por él. Era de noche y había bebido mucho, tanto como para descoordinar sus movimientos y sus ideas. De repente, de manera estúpida, al pasar por encima de la playa, subió y echó a correr sobre la balaustrada baja de granito, no más ancha que tres palmos. Abajo, a más de quince metros, una orilla de piedras y cantos de río reflejaba brillos en una noche de poca luna. Tropezó y cayó al vacío. Hacia adentro, por puro azar.

Al día siguiente despertó con un enorme dolor de cabeza. Sentía vértigo, un vértigo que no curó ni el paso del tiempo, ni las visitas al médico. La sensación de que caía hacia afuera, borracha y fuera de control, le iba a durar ya para siempre.

martes, 18 de noviembre de 2008

Atasco

La impresora vomitaba pequeños fragmentos de celulosa, como si el papel le hubiera provocado una indigestión.

Publicada en Minificcionario.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Flores

Desde que llegó el nuevo inquilino, se sintieron incómodos en aquella vitrina. La muñequita de cristal, el trompetista de porcelana, veían como el jarrón los miraba por encima del hombro. A él siempre le echaban todas las flores.

Publicada en Minificcionario.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Recuerdos



Buscaba en el océano una gota de esperanza radiante
en el aire murmullos de un pasado sereno
en las aguas del río recuerdos de momentos vividos
antiguos
sumergidos
a los que el agua ahogó y quizá
nunca más respiraron.

jueves, 13 de noviembre de 2008

El Gran Circo geométrico

La circunferencia salió a dar vueltas por el escenario. Pero solo era un aro haciendo giros, y los niños no se reían. Pronto sintió que su número no tenía mucho más que ofrecer. Lo intentó dando unas vueltas más sobre una caja en forma de cubo. Ni aún así consiguió llamar de nuevo la atención.

A continuación entró en escena la esfera. Sus movimientos eran más graciosos, podía rodar hacia cualquier lado. Empezaba a divertir a los niños, que lucían en sus cabezas gorritos triangulares que les dieron a la entrada. Pero cuando ya había dado unas pocas vueltas, dejaron de mirarla. Aunque algo ocurrió para despertar de nuevo su interés: un cono cayó desde lo alto de la carpa. Y justo fue a parar encima de la esfera. Juntos formaron una simpática cabeza de payaso. Esto parecía causar más expectación, y todos comenzaron a aplaudir. Aunque ya se sabe como son los niños, y en pocos minutos querían ver alguna otra cosa nueva.

El polígono estrellado actuaba a modo de foco, iluminando la escena. La luz subió sobre la pista hacia lo más alto de la carpa, y ahí apareció: el trapecio estaba siendo iluminado, pero el payaso no podía subir a él. No tenía brazos. Los niños se miraban unos a otros, deseando que algo ocurriera para poder ver un número divertido.

Dos rectas paralelas entraron en la escena. Sirvieron para que la esfera y el cono formaran una cabeza de payaso con brazos. Se elevó hacia el trapecio e hizo un ejercicio de piruetas.

El espectáculo ahora si era del agrado de todos los niños.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Mínimo




Por qué largos poemas si sólo necesito la longitud de un verso

Imagen: Manuel Mateo Cuenca. En la hamaca.

Rito



La espiral de tu risa violenta carcajada
hace que palidezca
me pone en pie me alerta
de que algo se aproxima
algo paranormal agónico y absurdo
nocturno descontrol de placeres y ritos
borrachera moral
espíritu insaciable
que no someterás a lógica
ni a leyes de este mundo
quieres morir matando en esta noche
no dejar ni una gota de mi
para cuando amanezca
solo seré un recuerdo

Palabras



Experimentar es fundir cien ideas
que parezcan vacías y que resuenen huecas
y que en la apariencia
nada las uniera
que estén lejos y cerca
por el significado
común de cada sueño
experimentar es crear
un mundo mágico de sensación letal
y sonidos etéreos
es inventar pasados y futuros
quién sabe si vividos
pero siempre en el fondo
en el fondo del alma
es sacar a la luz lo que ocultó la vida
y darle la salida plena de la palabra.

imagen flickr

La agenda



Nunca le habían gustado, pero desde que encontró aquél nuevo empleo en una empresa de inversiones, tuvo que trabajar con agenda.

Realmente le resultaba poco agradable pormenorizar el futuro, siempre se había dedicado a empleos autónomos en los que él tomaba las decisiones sobre su tiempo, y sus citas eran solo apuntes anotados en la memoria y rara vez escritos. En todo caso, garabateados en un papel.

La agenda se la proporcionaron en la empresa. Observó el "2008" impreso en la portada. Iba a durar poco, ya era septiembre. Además quedaría un buen montón de páginas vacías hasta su primer apunte. Así que decidió poner una marca de color pegada en el punto de inicio.

Trabajó con ella diariamente. Las citas con los clientes, las reuniones, todo anotado hora por hora. Se convirtió en rutina, y era la primera consulta que hacía cada mañana al iniciar su trabajo, y la última cada noche antes de acostarse.

Seis semanas después de conseguir ese empleo, iba a ocurrir algo que no le dejaría dormir esa noche. Al tratar de planificar el día siguiente, observó que antes de la marca de color el corte de las páginas era irregular, igual que las de un libro usado. Con extrañeza, quiso comprobar de qué se trataba.

Algo aparecía escrito, con su propia letra, en esa parte de la agenda que debía estar en blanco. Comenzó a leer una intrincada trama de contactos, acontecimientos y citas. Todo era tan extraño como para desconcertarle, pero curiosamente lo que leía parecía inspirado en algunos hechos que realmente estaban sucediendo.

Operaciones y reuniones a las que no había dado mayor trascendencia, eran el principio de algo a lo que no daba crédito, y que lo convertían en el centro de una intriga y en el objetivo de una red de blanqueo. Él había hecho algo, sin saberlo, que no estaba en el guión. Y eso habría enfadado enormemente a alguien.

Aún así, lo más inquietante aparecía en las páginas posteriores a la última anotación que él conscientemente hubiera hecho: se narraba el desenlace de los acontecimientos. Palideció desde que comenzó la lectura.

Ya no tendría que ir mañana a trabajar. Estaba muerto.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Avatar



Él había visitado alguna vez mi blog, dejando amables comentarios.

Me pareció un tipo educado, correcto, reflexivo. Un buen tipo. Pero aquel avatar en su perfil no me resultaba agradable.

Un tiempo después, sin haberle yo contestado, dejó un nuevo comentario. Le extrañaba que no hubiera aceptado la invitación de visitar su página y que no contestara a algunas preguntas que me dejó. Le respondí:

-Hola, me gusta tu manera de escribir, compartimos muchas ideas, gustos... Pero -espero que no lo tomes como algo personal- hay algo que me incomoda en tu bitácora: siento cierto rechazo por tu avatar. No entiendo cómo has podido elegir algo así. Es desagradable, es feo, es desafortunado, es...

-Es mi fotografía -respondió al poco tiempo.

martes, 4 de noviembre de 2008

Sentidos



Minimicé ya el daño que hiciste a mis sentidos
el tacto que no tiene a tu piel ya para reflejarse
la vista que perdió toda ilusión de verte
oído al que dejaste de susurrar silencios
perfume que no oleré porque marchó contigo
y el sentido común que lo perdí
desde aquel día en que probé tu gusto.

Noche 2



Fui a buscar la noche que había al fondo de la noche
encontré miles de estrellas y de lágrimas secas
mucho de desesperación y algo de miedo
recuerdos dispersos de sueños olvidados
sensaciones profundas quizá nunca vividas
quizá siempre soñadas
eternas
procesiones de gente vestida de otro tiempo
infantes y profetas seres de otra galaxia
inquietudes dejadas de la mano del dueño
abandonadas quizá como una casa vieja
con escaleras rotas y fotos de difuntos
futuros redivivos cuando la luz sea negra.

domingo, 2 de noviembre de 2008

La noria



La noria comenzó a girar. No era la primera vez que montaba en aquella atracción, pero sin embargo esta vez experimentaba algo diferente desde que inició la marcha. No fue una aceleración suave, sino un fuerte y brusco acelerón, y unas cuantas vueltas en las que aumentó la velocidad de una manera alarmante, como si la maquinaria estuviera fuera de control. Hasta que por fin empezó a disminuir la velocidad de manera, ahora si, más progresiva y pausada.

La cabina en la que viajaba se quedó a tres cuartos de altura. Su compañera de cesta, que se sentaba frente a él, lo miró como quien pide una explicación con los ojos. ¡Como si él tuviera una explicación de lo que estaba pasando!.

-El chico la pondrá de nuevo en marcha -dijo por comentar algo, recordando al individuo joven que se sentaba a los mandos en la caseta.

-Dieciséis, par, rojo, manque -se oyó a través de la megafonía-.

La cesta con el número dieciséis, pintada de color rojo, estaba en lo más alto de la noria. Miraron hacia arriba. La cesta giró y precipitó al vacío a las dos personas que la ocupaban.

Los pasajeros de la noria comenzaron a gritar aterrorizados. Y sin embargo el público que rodeaba la atracción, parecía que disfrutaba del espectáculo. Todos aplaudían y gritaban enaltecidos, como si de un juego diabólico se tratara.

La noria se puso de nuevo en marcha, repetió una rutina parecida y se paró. Esta vez su cesta quedaba en lo más alto.

-Treinta y uno, impar, negro, passe.

Ese era su número.